sábado, 21 de noviembre de 2009

NOTICIAS DE LAS OBRAS PARA EL PASO DEL AVE POR NUESTRO PUEBLO

Contra el general invierno

Los tramos que ya están en marcha apuran sus últimas semanas antes de que la lluvia y el frío se echen encima y obliguen a ralentizar el ritmo hasta que regrese el buen tiempo la próxima primavera

Operarios y grandes máquinas se afanan bajo el frío, el viento y la lluvia en las proximidades de Reinoso de Cerrato (Palencia).

Luis López Araico
H. Jiménez / Venta de Baños
La semana no ha sido precisamente propicia para trabajar al aire libre. Las primeras lluvias intensas del otoño han dejado los caminos convertidos en barrizales y la humedad y el frío complican sobremanera la ejecución de cualquier obra pública, más aún cuando ésta se encuentra en fase embrionaria como le ocurre a los tramos de alta velocidad cercanos a la provincia de Burgos.
En el oriente palentino, la zona que DB visitó junto a los responsables de su construcción, la línea de alta velocidad (LAV) se afana en plena contrarreloj contra el invierno. No se prevé tan duro como los que derrotaron a Napoleón y a Hitler en sus intentos de invadir Rusia pero sí lo suficiente como para molestar, y mucho.
El agua caída ha convertido la traza en una pista de patinaje de varios kilómetros de largo por 50 metros de ancho por la que no es nada fácil circular. Los materiales de esta zona de la meseta, con abundancia de arcillas y yesos, son de la peor calidad posible para trabajar con ellos y no solo a la hora de excavar túneles sino para casi cualquier movimiento. Hay que darse prisa porque cuando la época de lluvias se eche encima «mejor que las cuadrillas se marchen a casa hasta que el campo seque», explican los ingenieros a pie de obra. Cuando llegue ese momento, que no tardará mucho, la actividad se reducirá notablemente como ocurrió este mismo martes cuando al cielo se le antojó abrirse de repente.
De los chaparrones no se libró ni la plana mayor técnica de la LAV del norte, que ese día se reunía en Venta de Baños (nudo ferroviario por excelencia), para coordinar la ejecución del gran enlace previsto en esa localidad que separará los tráficos de alta velocidad de la línea de Burgos de los que se dirijan a Palencia y León. Precisamente en este último ramal es donde se volcarán los esfuerzos en los próximos meses pues existe el compromiso político de llevar el AVE a la capital leonesa en el horizonte de 2012, el mismo año marcado en rojo para Zamora, Alicante, Jerez y la bahía de Cádiz.
Toca agilizar al máximo, por tanto, el nudo de Venta de Baños y ese objetivo congregó en el municipio palentino a los primeros espadas del ADIF y las empresas auxiliares vinculadas al macro proyecto de la línea que deberá llegar hasta la frontera francesa. Tras la mañana de despachos, por la tarde llegó la hora de mancharse los zapatos y de tirar de chubasqueros para comprobar que el impulso a la alta velocidad es real.
Primera parada, El Almendro. Este túnel de 840 metros de longitud es el segundo que se encontrará el tren veloz en su camino desde Valladolid hacia el norte. En un terreno tan llano como el de Castilla, «parece que vamos buscando los cerros», bromea uno de los responsables de las obras. Lo cierto es que la alta velocidad impone radios de curva tan amplios que en ocasiones no hay más remedio que olvidarse de los montes y atacarlos bajo tierra. Esta misma mañana el subdelegado del Gobierno, Miguel Alejo, visitará otro de los túneles, el de mayor longitud, que ya está en plena excavación en la salida norte de Valladolid.
De vuelta a El Almendro, junto al futuro emboquille sur algunos operarios confiesan que están deseando horadar la montaña para pasar el invierno bajo techo, donde ni llueve ni nieva. Y peor aún está el terreno donde saldrá la boca norte, pues la ladera presenta peores pendientes y los caminos de entrada ya son de ‘chocolate’ con apenas unas horas de lluvia encima.
A pocos kilómetros de allí, entre Torquemada y Quintana del Puente, la incipiente plataforma que comenzó a ejecutarse en el mes de julio saluda a los viajeros del tren convencional, que desde los vagones pueden contemplar el avance de las máquinas. La tierra vegetal amontonada a un lado espera para ser reutilizada en su momento y en medio de la traza hombres y máquinas entregan sus últimos esfuerzos de la jornada. Llega el ocaso y aún no hay turnos de noche, así que los trabajos que faltan quedan para mañana.
Si al menos parase de llover...

No hay comentarios:

Publicar un comentario