ESPAÑA EN LLAMAS DE SANGRE
España de 1936.
Desazón
de desigualdades.
Hambrientos
de pan emborrachado en vino.
Cortijos
contra azadones de miseria encunetada.
Un
millón de muertos en Cuelgamuros colgados
o
fusilados en los rincones de la esquina,
o
en fosas enmudecidas, sin ni siquiera
grietas
de humo al aire abiertas
para
avisar “aquí estamos”.
España de 1939. Abril de abriles.
Pasó
la ira, pero no el recuerdo.
Permaneció
la espada
enarbolada
al filo de la ley.
Falanges
del temor e hipocresía,
Dueños
pocos del hacer de todos,
No
sembrasteis ni la paz ni la concordia.
Enmudeció
la marcha libre, entonando
himnos
de cáscara sin núcleo.
Prosiguió
la guerra, envuelta en trampas
de
cascabeles marciales.
Caudillo
dictador, pirámide sin base,
sólo
vértices de ordeno y mando,
Muerte
a la ciencia. Yo soy el Rey, el que piensa
y
el fusil. Cuerpos a tierra. Magíster dixit.
España de 1978. Representados.
Pero
no defendidos, ni cubiertos, ni arropados.
Ilusión
incipiente, abortada al rato de nacer.
Democracia
de papel. Grandes principios.
Corruptos
reales, empero.
Engaños,
salarios mínimos.
Embalajes
con cadáveres por dentro,
sin
juventud concienciada. ¿A dónde ir
sin
rumbo, sin proyecto, desvencijada el alma?
No
hubo manos que tender,
ni
rupturas del pasado,
ni
adelantos de futuro.
España de 2014.
Desembarcó
el estallido regional.
España
fraccionada, catalanes por su cuenta,
vascos
en los Pirineos, gallegos sin lírica
acompasada
al son de vecinos pueblos.
Se
hizo cachos tu esqueleto
y
tus huesos carcomidos ni a los perros dan sabor.
Se
rompió el armazón de tu cordura.
Se
acabó el hilo umbilical de tu escritura,
Tu
palabra ya no suena ni a soneto ni a canción.
España de 2036. Otra vez.
Es
lo que temo. Es mi terror.
Te
sueño, España arrasada, lloro,
gimo,
pataleo, muero en mi lecho
desesperado,
arrugado en mi dolor.
Han
surgido los Balcanes,
La
Iberia de Sarajevo, ríos de sangre
en
Zarauz, huídas en Aljeciras,
cuerpos
espatarrados junto a ríos sin riberas.
Cementerios
en las calles,
cruces
con epitafios: aquí él, aquí mi padre,
Mi
hermano tendido está,
cubierto
por estas yerbas.
………………………………..
España
de identidades
que
matas tu identidad,
¿do
vas por ese camino?
¿No
ves qué humillada estás?
Da
la mano. Extiende el brazo
y
espigas de oro
brotarán
en tu balcón.
MRR
Valladolid,
11 – 1 -13.
Escribo esta poesía dedicada a mi pueblo
de Reinoso.
Pequeño pueblo del Cerrato, pero fiero en
sus pensares.
Hondo en sus preocupaciones.
Cargado de sufrimiento por el presente de
España
y esperanzado, porque otro mundo ve posible,
sin embargo.
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